Un día que Pifucio había faltado la maestra dijo :
– Hoy en vez de contar yo una historia, la van a contar ustedes. ¿Quien quiere empezar?
-¿Puede ser una historia de terror – dijo Martina.
– ¿Te animás ? – preguntó la maestra. ¿Y a tus compañeros no les dará miedo ?
– Sí ! – dijeron todos. Pero queremos oirla…
Martina contó una historia de un mago que volvía a la gente invisible. Ese mago había llevado una varita mágica al jardín, y en una de esas, dijo unas palabras mágicas y … patapúm!: hizo desaparecer a un chico… La historia estaba muy bien contada, con gestos, voz gruesa, ademanes y ruidos extraños… A muchos les dió miedo…
-¿ Y cómo termina la historia ? – preguntó la maestra.
– No sé – dijo Martina. Preguntele a Berberecho
La maestra llamó a Berberecho. Pero Berberecho no aparecía por ningún lado.
– No habrá sido el mago que lo volvió invisible ? – dijo Nahuel. Y nadie dijo nada, pero muchos pusieron cara de miedo. Al final, y después de mucho buscar, la maestra gritó fuerte : ¡Berberecho! – y muy despacito se oyó:
– ¿queee passaaaa ? ? ? ?.
Nadie se dió cuenta de dónde venía la voz. Hasta que la maestra dijo :
– A ver Martina, abrí el armario.
– ¿Que armario ? – contestó Martina haciéndose la boba.
– ¡Ese que está delante de tus narices ! – dijo la maestra. Y cuando abrieron el armario apareció Berberecho, que se había escondido allí para asustar a todos.
Entonces la maestra dijo :
– Muy buena historia de terror, con actuación y todo. Ahora le toca a Plomín.
Pero Plomín no estaba ni en su lugar ni en el armario. A todos les empezó a parecer que el mago realmente existía, y había hecho desaparecer a Plomín…. Se hizo un silencio muy incómodo….
Hasta que a la maestra se le ocurrió buscar atrás de la puerta. Y allí estaba escondido Plomín, muerto de risa. La maestra dijo :
– ¡Se acabó ! No quiero que desaparezca más nadie !
Pero Martina le dijo : – Señorita, ya desapareció uno más.
– ¿Quien ? – preguntó la señorita austada.
– Pifucio…- dijo Martina con miedo.
De vuelta se pusieron a buscar por todos lados, pero nada . No aparecía. Ni en el armario ni atrás de la puerta ni en el baño ni en las demás aulas. Hasta llamaron a la directora.
La Dire preguntó : – ¿Buscaron en todo el colegio ?
– Sí ! dijo la maestra. En todo el colegio.
Berberecho se puso a llorar de miedo. Martina se puso tan nerviosa que no podía quedarse quieta. Nahuel quiso llamar a la mamá.
Hasta que Plomín dijo:
– Señorita, ¿no se acuerda que Pifucio hoy faltó?