Resulta que una vez Pifucio estaba en su salita del jardín, y quiso ir al baño.
Entonces la maestra le dijo:
– Sabés ir solo al baño?
– Pero por supuesto que sí.
– No te vas a perder ?
– Pero por supuesto que no.
– Estás seguro?
– Segurísimo.
– Tenés que ir a la izquierda, después doblar a la derecha, subir, dar una vueltita, doblar de nuevo y seguir derecho. Entendiste?
– Pero clarísimo.
– Bueno, andá.
Pifucio dobló a la izquierda, y en seguida se perdió.
Mientras tanto, en la salita de 4, la maestra estaba diciendo:
– Chicos, va a venir un nuevo maestro de música, que les va a enseñar unas lindas canciones. Mientras él viene, yo aprovecho para ir a la dirección a hacer unas cosas. No hagan lío, eh? Hasta luego.
Cuando la maestra salía de la salita de 4, Pifucio la vió y pensó:
– Ese debe ser el baño de varones. Lo que me parece raro es que de allí esté saliendo una señorita. Pero yo entro igual.
Y se metió en la salita de 4. Cuando entró, los chicos le cantaron:
– Buenos días señor maestro de música…
– Pero yo no soy…
– Queremos cantar, maestro! – interrumpió un chico.
– Queremos tocar los instrumentos, maestro! – gritó otro..
– Queremos jugar a la orquesta! – dijeron otros.
– Ud. cante y nosotros lo copiamos, como hacía el otro maestro que tení amos – propuso una nena.
– Yo tenía ganas de ir al baño – dijo Pifucio.
– «Yo tenía ganas de ir al baño» – cantaron todos.
– … y me equivoqué de puerta. – siguió contando Pifucio.
– «… y me equivoqué de puerta» – cantaron los chicos.
– Tengo ganas de hacer pis – explicó Pifucio.
– «Tengo ganas de hacer pis» – gritaron todos los chicos a la vez.
En ese momento, el verdadero maestro de música y la Directora del colegio entraron al aula, y se quedaron sorprendidos al ver a todos los chicos cantando cualquier cosa, y a Pifucio parado en el lugar del maestro.
– ¿Pero que hacés acá Pifucio? – preguntó la Directora.
– Resulta que yo quería hacer pis y …
– Pero ¿cómo vas a hacer pis en medio del aula?
– No, vi la puesta de este aula y…
– ¿Y decidiste hacerte pasar por un maestro de música?
– No, entré acá pensando que era un baño, y…
– ¿Y te pusiste a enseñarle canciones bobas a los chicos?
– No, fue sin querer, yo les estaba diciendo…
Después de aclarada la confusión, Pifucio fue al baño y volvió a su aula. El maestro de música estuvo un rato largo explicando a los alumnos que «Tengo ganas de hacer pis» no es ninguna canción.